Después de terminar la sesión de estudio, la posterior en un taller mecánico con motocicleta, Antonio Aguado y yo decidimos quemar el último cartucho del día con María Kennedy en las rocas del valle de Toledo.
Antonio había confeccionado unas increíbles alas de ángel negro y un conjunto de lencería para su uso conjunto, y tenía la intención de no dejar pasar la oportunidad de probar su efecto. Así que, aunque la noche ya era cerrada, decidimos subir hasta la Peña del Rey Moro para al menos hacer unas cuantas tomas que pudieran servir para nuestros propósitos.
Primera dificultad: Necesitábamos alguién que sujetase y dirigiese los flashes, dos 580 EX II de Canon. Los dueños de la moto y el del taller se prestaron a acompañarnos, aunque según ellos no tenían ni la más remota idea de como manejar los flashes.
Segunda dificultad: Toledo esa tarde no estaba iluminada. ¡que se le iba a hacer! Es lo que había.
Tercera dificultad: El enfoque. Para un miope como yo esas condiciones suelen ser garantía de desastre. Esta vez pude salir del paso.
Cuarta dificultad: Era pleno mes de febrero y la vestimenta de la modelo no era precisamente una barrera contra el frío: había que trabajar rápido.
Quinta dificultad: El ‘pedestal’ de la modelo era la roca más alta de todas, así que no se podía iluminar desde arriba hacía abajo, por lo que nos temíamos que las sombras no tuvieran un aspecto real. Como la imagen en sí tampoco es muy ‘real’ creo que no le viene mal del todo.
Esta es una de las tomas que hicimos:
Al final todos satisfechos.