Vamos a ir viendo alguna de las imágenes que tuve la suerte de tomar en la primera salida de prueba y aprendizaje de la fotografía con filtros y de larga exposición de la que os hablé en la entrada anterior.
En las capturas de los histogramas aparecen los parámetros de cada toma por si os sirven de algo. A nivel técnico quizá resulte muy frío la simple contemplación de estos parámetros y me gustaría compartir algo que realmente os sirviese de alguna utilidad, tal como el porqué de esa imagen y no otra, cómo llegué a ese encuadre…etc.
Para esta en concreto os puedo decir que al no ser una localización prevista en cuanto a que no sabía que este paisaje existía y se encontraba precisamente allí, no llevaba nada pensado: simplemente lo ves, algo te llama la atención y piensas que al menos hay que intentar hacer algo interesante. Lo primero que me llama poderosamente la atención es el contraste de los urros, duros, cortantes, con aristas muy definidas, con la suavidad que sé que puedo obtener del mar en movimiento. Además la luz, si aguanta, está en su punto perfecto, no excesivamente dura por la presencia de las nuebes e iluminando lateralmente, un poco de contra y con una calidez que resalta el color de las piedras que contrastan con el cielo y el mar azul.
Este es el primer acercamiento. Estoy con un 17-40 mm. posicionado en 17mm., porque la idea primera es sacar cuanto más paisaje mejor. Pero no me convence el corte inferior, sobre todo en la esquina derecha, y además este encuadre me obliga a sacar demasiado acantilado a la izquierda.
Decido una toma más ‘corta’ (25 mm) así que me acerco un poco más al borde del acantilado y encuadro eliminando el primer peñasco que aparecía en la imagen anterior. Ha mejorado la parte izquierda del encuadre pero ahora tengo, según mi idea, un problema en cuanto a que la zona derecha completa de arriba a abajo queda demasiado vacía.
Teniendo en cuenta que estoy al borde del acantilado y no me gustaría caerme (no por nada pero eso de tener que venir a recogerme…. ¡¡¡vaya espectáculo!!!) y no voy a poder encontrar un encuadre suficientemente a la derecha de donde estoy ahora para evitar ese vacío en el encuadre, echo unos pasos atrás donde sí hay terreno firme y aplico un poco más de zoom, me voy hasta el límite del objetivo que tengo puesto 40 mm. y consigo el encuadre que en ese momento consideré definitivo y que os muestro más abajo.
No he buscado varias opciones distintas. He plantado el trípode donde más o menos me parecía interesante y a partir de ahí me muevo algunos pocos pasos para intentar mejorar el encuadre que ya tengo. Esta es mi manera de proceder cuando no he ido expresamente a hacer esa imagen, sin conocer el lugar de antemano y con el tiempo justo. En los casos en que tengo todo el tiempo del mundo, antes de plantar el trípode subo, bajo, vuelvo y lo que haga falta, hasta que encuentro el que me parece el mejor encuadre posible. Esta es mi manera, pero cada uno tiene que tener o encontrar la suya y sería muy bueno poder preguntarnos y contestarnos por qué así y no de otra forma. Es un aprendizaje muy importante para poder alcanzar en algún momento el estilo propio y dejar de imitar a fotógrafos que admiramos.
Como podéis ver debajo, moviendo las flechas, no hay mucha diferencia entre la toma directa del RAW (su interpretación en LR) y la que yo considero final. Ya sabéis que he decidido, en este tipo de imágenes, ser lo más fiel posible a la imagen que fui capaz de obtener in situ.
Los histogramas respectivos:
Es una gozada el Filtro de Densidad Neutra de 1000x (10 pasos de diafragma) que permite como veis, a plena luz del día, utilizar con un diafragma no excesivamente cerrado, f11, un tiempo de exposición de… ¡casi 2 minutos! 😎 . Las posibilidades creativas que ofrecen estos accesorios son increíbles. Hablaremos un poco de esos cachivaches en las siguientes entradas.
Os dejo la imagen final, con su marquito y todo 😉
Podéis hacer clic para verla más grande.
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