Vanessa Veiga y Julio Rey: Miradas
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En el capítulo 10 de MIRADAS os traemos a esta pareja de atletas que además de la vida familiar comparten la escuela de Running Training Rey.
Los protagonistas:
Vanessa Veiga (Gondomar, Pontevedra) es la esposa de Julio y madre de 3 hijos. Corredora desde niña, había debutado internacionalmente en 1998 en Marrakesh en la sección Junior y fue séptima en el Campeonato de Europa sub-23 en Amsterdam 2001. La vida le llevó, porque así lo quiso, en el 2003 a dejar una prometedora carrera como corredora de fondo para formar su familia y apoyar totalmente la carrera de su marido.
Regresa a la competición en el 2010. La dura vida de madre de familia le había hecho mucho más fuerte. De no ser así, cómo explicar que se proclame campeona de España en Castellón ganando el primer maratón que corre y obteniendo así billete para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ahora viene de ganar el de Madrid 2013 y el media maratón de Madrid el mes pasado.
Última hora: Vanessa ha ganado la XI Carrera de la Mujer de Madrid este domingo en la que han participado más de 30.000 corredoras en el evento deportivo femenino más importante de Europa. No para.
Julio Rey (Toledo) es el marido de Vanessa, recordman nacional y subcampeón del mundo de maratón, tiene un amplio palmarés como corredor de fondo. Fue campeón de España en 1997 en 10.000 mts. en cross en el 98 y en media maratón en el 2004, siendo octavo en la final de 10.000 mts. en el campeonato mundial de Atletismo en Atenas 1997. Especializado en maratón, ha ganado 4 veces la prueba de Hamburgo y ha sido medallista de bronce 2 veces en los Campeonatos de Europa Munich 2002 y Gotemburgo 2006. Ha participado en dos Juegos Olímpicos, en Atenas 2004 y Pekin 2008. Y más. Es interesante bucear un tanto en el palmarés de Julio para acabar muy pronto convencidos que estamos ante un grande del atletismo español.
Vanessa y Julio, ambos forman parte del equipo preparador de los corredores miembros de Trainning Rey, escuela de Atletismo que junto con Fernando Rey y Julio, padre de los hermanos Rey y entrenador de los tres atletas -todo queda en casa-, trata en Toledo de aportar algo nuevo y puntero en el mundo del atletismo. De esta escuela ya están saliendo nombres importantes como el de Sonia Ruiz Andrade, Rodrigo Silva y otros tantos que ahora no es el momento de nombrar.
En estos momentos están muy ilusionados con el proyecto «Pasos Solidarios» que se celebrará el próximo 8 de junio en Toledo. Será un entrenamiento gratuito ofrecido a runners de todos los niveles, corredores populares, aficionados y en definitiva a todos los que quieran participar con una única condición que es aportar, como mínimo, un kilo de alimentos no perecederos que irán destinados a ayudar a Cipriano González en su organización Socorro de los Pobres. Estás a tiempo.
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El retrato
Vanessa y Julio nos reciben en su nueva tienda de deportes Training Rey Center, abierta en Toledo junto al Centro del Agua, desde hace solo unos meses. Aprovechamos el parón de mediodía para llenarles todo con trastos relativos al equipo de video y fotografía, hasta dejarles en un momento el local reducido al mínimo espacio.
Mientras montamos equipo nuestra compañera Isa aprovecha para dialogar con ellos y ponerles en situación sobre la entrevista y sus detalles más importantes.
Las preguntas son para ambos, así lo hemos decidido, pero ¿Quién habla primero y quién después? Esa es la cuestión. De manera que durante la entrevista se van ayudando y corrigiendo mutuamente, aunque, la verdad sea dicha, quien tiene la última palabra siempre es Vanessa.
Terminada la entrevista nos ponemos al retrato.
La idea es simple: Vanessa Veiga y Julio Rey juntos, hombro con hombro, con sus zapatillas presentes. Poco más: esa es buena parte de su vida.
Estoy teniendo suerte con los últimos entrevistados: tengo tiempo y espacio suficientes como para poder trabajar con flashes, que ya sabéis que me gusta de manera especial. En este caso dispongo un pequeño flash Canon 580 EX II en un Softbox o ventana portátil de 60 x 60, que amablemente, y con dificultades después de unos cuantos disparos, sujeta Javier a mano para conseguir una luz que ilumine a los dos cayendo desde arriba. (Después de tanto tiempo aún me sigue sorprendiendo la calidad de luz que se puede llegar a conseguir con un flash de mano convenientemente modificado)
Un solo flash Mi idea es que haya diferencia entre los sujetos y el fondo para conseguir que éste no compita con los sujetos. Para que esta disposición funcione hay que separar suficientemente a los sujetos del fondo para que la luz del flash no ‘contamine’ el fondo. La clave está en la diferencia entre la distancia de la luz a los sujetos y de estos al fondo. La primera no llega a 1 metro y la segunda ronda los 3 mts. Con esa diferencia de distancias y jugando con la velocidad de obturación para incluir más o menos luz ambiente, tengo control absoluto sobre la iluminación del fondo.
Unos cuantos disparos para encontrar la mejor expresión en ambos, -esto suele ser lo más complejo-, y me quedo con esta.
La idea primaria era dejar la imagen en color pero al ser imposible controlar la disposición de los muchos colores de las zapatillas en el encuadre se hace impensable no pasarla a Blanco y Negro. Tal vez la siguiente sea en color.
Para terminar, como siempre, la foto del equipo con ellos. Trípode, disparador retardado y:

Queda tiempo para la foto de recuerdo del equipo de Miradas con Vanessa y Julio.